Las calles berlinesas estaban repletas de gente, este caluroso domingo 27 de mayo. Un millón de asistentes colmaban las calles, un verdadero mar humano se hizo presente para presenciar a más de 100 delegaciones que habían anunciado su participación en este Carnaval de las Culturas del 2012. Por doquier se hallaba la algarabía, estruendos musicales que daban las notas de alegría, y cada comparsa actuando a su manera de identificación cultural y tradición del país de origen de cada delegación ataviados como en su tierra que los vió nacer.
En breves momentos, captamos como la realidad da paso a la magia y como ella se convierte en la misma realidad en mares humanos, y muta en sus diferentes formas de ser, y ella es la que actúa en este gran escenario berlinés, en sus avenidas y plazas con los muchos participantes en este XVII Carnaval. Y es que la realidad transformada en una verdadera ficción, en color, en música, y en bailes que llegan hasta el frenesí, parecen salir de los océanos del mundo con lenguas y con ropajes diferentes. Como lo es, de ese Mar-Moche, y con ese ser mitológico, Aia Payec, que se transforma en varios seres de la vida, y que lo es en lo que aún contiene su esencia pasada cultural para mutar hacia el presente moderno.

Grupo Perú tuvo una magnífica representación y logró triunfar en este magnífico evento cultural más prestigioso de Europa.

Y la Señora de Cao, el Señor de Sipán y el Señor de Sicán, tomaron posesión de sus antiguos mandos, ahora elevados, sobre una alta pirámide movible del imponente trailer, adornado con los seres del mar, para ir sobre ruedas por las calles. Es un gran corso, al cual la multitud saluda, y a veces, hasta frenéticamente aclama. Hay aplausos para la comitiva, y gritos de ¡¡¡Perú, Perú!!! que se oían desde diferentes partes de la multitudinaria presencia de turistas que se dieron cita.
Adelante los caballitos del mar Moche, ruedan sobre patines por las calles, y los bailarines pulcramente vestidos, hacen los remolinos y simulan las olas bajas y altas con sus piruetas. Ellos, con sus zapateos y a los compases del grupo de música, muestran la elegancia de la marinera peruana, “La trujillana”, baile que las multitudes premian con grandes aplausos. Ellos nos muestran lo que es la dualidad perfecta de lo que es el peruano.
Los músicos experimentados que tocan la marinera, lucen coloridos ponchos, en donde las olas se elevan entre los colores de la peruanidad.
El público berlinés y los visitantes que han acudido de diversos lugares de Europa, se rinden a este corso, a su mar de peces y sus criaturas marinas. Ellos también cantan y bailan y festejan lo que el corso.
Arriba sobre la pirámide imponente, los jefes moches, saludan a las multitudes, y el sol también está con ellos, y alto e imponente se refleja en sus vestiduras y adornos de metal. Las calles por donde pasa la caravana están repletas de gente que los saludan con respeto.
La ilusión convive con la realidad, y despierta en sus momentos decisivos, cuando es debidamente interpretada, y ella determina a el paso, de lo posible a lo necesario y se manifiesta como flor salida de un gran sueño, y perdura en lo que después quedará como un recuerdo grandioso y bello, de lo que hemos vivido en Berlín en este 2012.
La Dirección de danza estuvo a cargo de Wilfredo Fernández de la Rosa, la Dirección musical de Franklin González y Elfri de la Rosa y la Direccion general de Mirian Haro.



Por: Trujillo Noticias