Dietas: Seis semanas para ser un PIBON

Es posible dejarlos a todos, y a todas, con la boca abierta en solo seis semanas. Convertirte en un pibón cuando nunca lo has sido, conse...


Es posible dejarlos a todos, y a todas, con la boca abierta en solo seis semanas. Convertirte en un pibón cuando nunca lo has sido, conseguir que las cabezas se vuelvan a tu paso. Y no se trata solo de adelgazar, sino de cambiar de forma y estilo, endurecer los músculos, reducir la cintura y asumir actitud de pibón. Esto es, caminar con gracia y despreocupación por la vida con la certeza de que todos se preguntan: “¿Qué le ha pasado? ¿Qué ha hecho? ¿Por qué, de repente, está buena?”
Y que conste que estas preguntas no solo se la hacen los chicos. Nosotras somos nuestras más crueles juezas, y así lo sabe el creador de este método, un británico llamado Venice A. Fulton, que ha conseguido convertir su libro 'Six weeks to OMG' (en castellano se ha traducido como 'Seis Semanas para ser un pibón' y lo edita Libros Cúpula) en todo un 'best seller' del New York Times y en líder de descargas de su versión 'ebook'. Y que en la portada de la edición española pone como reclamo: “Sé la envidia de tus amigas”.

Fulton, de 39 años, que no es gay, tiene novia y asegura no odiar a las mujeres, era entrenador deportivo y sus controvertidas teorías le han puesto en contra a buena parte de la industria alimentaria, sobre todo por su oposición frontal a los cereales para el desayuno, ser un firme detractor de la fruta y otras propuestas muy polémicas.


Convertido en el 'enfant terrible' de la nutrición, Fulton dice que le consta que con su fórmula han conseguido adelgazar unas 2.000 mujeres (con él supervisando el método) y que varias 'celebrities' británicas han apostado por su radical método para transformarse en un pibón, con el que garantiza una pérdida de hasta 10 kilos en el mes y  medio. Y no puede calcular cuántas otras habrán triunfado solo por hacer lo que él aconseja en su libro.


Casi todas sus teorías intentan acelerar el metabolismo y obligar al organismo a utilizar sus reservas de grasa cada vez que sea posible. Echa por tierra unos cuantos supuestos que dábamos por buenos, y asegura que casi todo el mundo puede adelgazar en seis semanas.

Esta vía rápida para ponerse en forma, con muchas críticas y pocas garantías médicas y que amenaza con desbancar a la famosa dieta Dukan, consiste en una serie de prácticas diarias bastante radicales. Así que, apunta, porque tú nunca serás un pibón -según Venice- si:


1. No te bañas en agua fría (15 minutos a una temperatura de 15 grados)

“Al cuerpo no le gusta que le reduzcan la temperatura, y va a compensar la bajada de la temperatura empleando energía para mantener el calor. Es una manera natural de quemar grasas”. Según Fulton, también es una buena fórmula para luchar contra la celulitis. Valdría una ducha fría pero, según el gurú de los pibones, sería menos efectiva. En el caso de usar la ducha, con diez minutos de agua fría sería suficiente. “No tiene que ser una práctica diaria, pero mientras más frecuente se haga los resultados serán mejores”, asegura.

El autor de este libro no pretende que nos torturemos cada mañana. Dice que hay que empezar poco a poco, que incluso metiendo solo las piernas el cuerpo ya empezará a trabajar por su cuenta contra las grasas. “Es el remedio más eficaz para acelerar el metabolismo”. Si de verdad quieres ser un pibón (en seis semanas) a los cinco días deberás ser capaz de meterte en la bañera fría de cabeza. Caiga quien caiga. La motivación lo es todo en la vida, reza el libro.

2. No inflas un globo diario

Aunque no es crucial para ser un pibón, es un punto a tener en cuenta. Resulta que inflar un globo es casi la única manera de entrenar el músculo transversal. “Es como llevar un corsé victoriano, se contraen los abdominales, cambia la apariencia del abdomen”, pregona Fulton.

3. No pospones el desayuno una hora cada día

Si eres de las que te levantas y te lanzas a la cafetera, la tostadora y la mermelada, tus probabilidades de ser un pibón son escasas. Para serlo hay que despertarse e intentar retrasar el desayuno al menos una hora, y durante ese tiempo no quedarse catatónica en el sofá. ¿Es eso lo que te pide el cuerpo, verdad? Pues no, lo que tienes que hacer en esa hora de travesía del desierto es moverte por la casa, poner una lavadora, sacar al perro. Todo para obligar al organismo a utilizar sus reservas.

Según la teoría de este experto en Ciencias del Deporte, es el mejor momento para obligar al cuerpo a usar sus reservas: “al organismo debemos enseñarle a utilizar sus propios recursos”. De todas las propuestas del libro ésta es la que ha levantado más ampollas en los estamentos médicos. En todas las dietas el desayuno es la comida sagrada y la más abundante. Venice se explica: “No digo que se elimine el desayuno, solo sugiero que se posponga, y que no comamos al levantarnos de la cama. Enseñemos al cuerpo a generar su propio desayuno”. Si alguien necesita un empujón extra por las mañanas, una taza de café sin leche ni azúcar está permitida. Si se necesitara un segundo empujón, se podría poner algún edulcorante al café.

4. No eliminas todo tipo de picoteos y haces más de tres comidas al día

Al contrario que la mayoría de los creadores de dietas, Fulton no recomienda hacer cinco comidas diarias. Su teoría es que solo debemos comer tres veces, dejando tres horas entre comida y comida, de manera que el cuerpo no tenga alimento disponible todo el tiempo, y deba tirar de reservas. “Dejar huecos entre las comidas mantiene bajos los niveles de insulina, y esto es imprescindible para quemar grasas”, sostiene.

5. Comes la fruta de postre (o comes demasiada fruta)

Para escándalo de los nutricionistas, Fulton afirma que la fruta está “sobrevalorada”, pues hay muchas con un alto nivel de fructuosa que no se deben comer en exceso. Él aconseja tomar tres piezas diarias, en lugar de las cinco recomendadas, y escoger frutas con bajos niveles de fructuosa como las fresas, los arándanos y las piñas. Además, advierte que no deben comerse antes ni durante las comidas porque interfieren en el comportamiento de la lectinas (la hormona que interviene en la sensación de saciedad) y aumentan el apetito.

6. No te mueves (y mejor por la mañana)

Más que ir a un gimnasio, este experto recomienda moverse sin parar, andar, sacar al perro, bailar, cualquier cosa menos apalancarse en el sofá. Además, recomienda hacerlo por las mañanas antes de desayunar. Su teoría es que debemos imitar a nuestros antepasados, que tenían que cazar antes de comer. Esto se traduce en nuestros tiempos en andar, movernos, caminar, esperar veinte minutos, y solo entonces, comer. Muy poco, claro.

Estas son solo algunas de las máximas del método Fulton para convertirse en un pibón en muy poco tiempo. En el libro hay más consejos, como beber café solo y té verde, hacer pesas, leer las etiquetas de los alimentos, cepillarse el cuerpo en la ducha, huir de los carbohidratos del brócoli más que de la Coca Cola y otras extrañas ideas del último gurú de las dietas milagro.


Por: MujerHoy

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